Había una vez un niño llamado Juan que tenía un perro llamado Max. Juan y Max eran los mejores amigos del mundo. Siempre jugaban juntos y se divertían mucho. Max era un perro muy inteligente y le encantaba jugar a atrapar la pelota con Juan.
Un día, Juan y Max decidieron ir a dar un paseo por el parque. Mientras caminaban, Max vio una ardilla y empezó a perseguirla. Juan intentó detenerlo, pero era demasiado tarde, Max ya había salido corriendo detrás de la ardilla.