Había una vez una niña llamada Catalina, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Catalina era muy curiosa y siempre estaba en busca de nuevas aventuras.
Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, encontró un mapa antiguo. Catalina se emocionó al ver el mapa y decidió seguirlo para descubrir qué tesoro escondía. Siguiendo las indicaciones del mapa, caminó por senderos estrechos y cruzó ríos hasta llegar a una cueva misteriosa.